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Las tres montañas


Hace mucho atrás, en tiempos donde los hombres se dedicaban a su oficio y desarrollaban naturalmente sus habilidades, el alumno consultó al maestro Huang sobre el viaje que pronto tendría que emprender pues sabía que en algún momento estaría listo para partir, más no sabía cuando partiría...

- Maestro Huang, el invierno pareciera darle paso temprano a la primavera en este ciclo lunar.

- Así es, aunque nunca se sabe Zimo, ya sabes acerca de los caprichos de la naturaleza, así como amaina el invierno y pronto se va, termina por extenderse y traer vientos fríos hasta bien entrada la primavera.

- Me preguntaba maestro por mi viaje... Se que en algún momento llegará el tiempo de partir, no sé si esté preparado...

- No podemos evitar que el cedro pierda sus hojas en el otoño, es parte de la naturaleza, así mismo no podemos evitar dejar partir aquello que nos ha dado seguridad y resguardo durante un tiempo...

- Lo sé maestro, pero eso me genera sufrimiento...

- Lo entiendo Zimo, a veces no es fácil decir adios, cuando agradecemos por las experiencias que hemos vivido y a las personas de las que hemos aprendido, nuestro corazón se reconforta y parte en paz.

- Gracias maestro Huang, eso haré...

- Veo que has hecho preparativos para tu viaje?

- Así es maestro, he recogido suficientes bayas para el trayecto. Secas son aún mejores pues proveen de mucha energía para atravesar la montaña.

- Uhmmm, veo que has hecho parte de la tarea bien Zimo. Tomar previsiones me deja ver que estás casi listo para tu viaje. Quizás no del todo...

- Qué me falta maestro? Qué no puedo ver?

- Te contaré algo que escuché cuando tenía más o menos tu edad y que me haces recordar Zimo. Fíjate, cuenta la leyenda que un viejo sabio de esta aldea narraba una historia acerca de las tres montañas. En ella, contaba las desavenencias de Yan Yan. Un viajero que estuvo de paso y que destacaba por su elegancia y por su orgullo.

- Qué le pasó a Yan Yan Maestro Huang?

- Un día, habiendo parado en nuestra aldea, mientras se aprovisionaba de unos pocos víveres para atravesar la montaña, una anciana de cabellos blancos que estaba en la antigua tienda de Zhao sentada a un costado, al ver lo poco que Yan Yan cargaba en su carroza para el viaje, en tono un tanto jocoso le dijo "veo que llevas buen alimento para los pájaros". Yan Yan enfureció y le insultó llamándole vieja andrajosa y tirándole los restos de un plato de comida que a su costado algún otro había dejado. Seguidamente, cuenta el sabio, le dijo algo como: "tu que vas a saber de viajes, si se nota que nunca has salido de este pobre pueblo, yo soy un viajero y para llegar más rápido sé exactamente lo que tengo que llevar para que mi paso sea ligero".

- Pero él era un viajero reconocido maestro?

- Sí, hasta entonces eso era lo que todos creían.

- Qué paso luego maestro Huang?

- Yan Yan tomo finalmente rumbo a la montaña con la idea clara de que el viaje le tomaría unos 3 días y aceleró su paso para llegar rápido a su destino. Tenía la certeza de que aquel camino le tomaría dos noches y tres soles a un paso veloz. Ya antes se había enfrentado a montañas similares, por lo que anduvo a buen paso y consumió sus alimentos y energías casi por completo antes de llegar a la cima y empezar el descenso.

- Ah, pero entonces logró llegar a la cima, la bajada habrá sido seguramente pan comido para este avezado viajero maestro Huang?

- La historia narra lo contrario, pues cuando por fin llego a la cima, encontrándose cansado y sin demasiadas provisiones adicionales, se percató que en el trayecto no sólo atravesaría una montaña, pues a su paso se revelaron dos inmensas montañas que era imposible de visualizar antes de emprender el viaje.

- Y entonces qué hizo maestro?

- Nadie sabe a ciencia cierta cuál fue el destino de Yan Yan, sólo se sabe que nunca llegó a la comarca que le esperaba. Un viajero narra haberle encontrado ya exhausto y arrepentido haberle pedido que llevara palabras de disculpas para aquella anciana que le habló a su paso por la aldea. A veces creemos conocer el trayecto Zimo, a veces nos preparamos para una montaña mentalmente y usando nuestra voluntad queremos atravesarla así no más, la vida nos va enseñando que por mucho que sepamos, siempre hay algo más grande que nosotros. Que hay caminos más inciertos y largos que otros y si comprometemos nuestra energía vital por algún motivo sin considerar los tiempos de la naturaleza podemos poner en riesgo nuestra propia existencia.

- Gracias maestro, la historia de Yan Yan me deja una enseñanza para mi viaje, antes de emprender el camino haré una plegaria y me encomendaré al destino con serenidad y humildad. Intentaré, así mismo, reservar mis fuerzas lo mejor posible y llevar adecuadas provisiones, entiendo que llegar a mi destino no es tan importante como hacer bien el camino maestro Huang.

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